La via de las Ñapas, fue ascendida por primera vez en 1970, también conocida como el espolón de las Ñapas, su escalada fue un reto en su momento, abierta desde abajo, sus aperturistas jugaron con una roca bastante mala, de difícil asegurar y con unos medios técnicos que no son los de ahora.
En el año 2010 fue reequipada por Benede y Carasol, dejando una via bien equipada con parabolt y reuniones de anillas, permitiendo subir a este magnifico mallo sin casi compromiso, aunque hay que tener en cuenta y no hay que olvidarlo que estamos escalando en Riglos y aquí la escalada no es 100 por 100 deportiva, siempre hay un cierto grado de compromiso.
La primera via al Mallo, fue la Normal al Mallo Gómez Laguna, abierta en 1947 y en la actualidad muy poco repetida.
La via de las Ñapas se compone de 3 largos, graduados de 6a+, 6a y V. Largos con roca a tramos buena y a ratos muy mala, hay que prestar atención por donde escalamos y a que nos agarramos, aunque el aseguramiento con parabolt reduce mucho el riesgo.
Aproximación idéntica que para la Aguja Roja, es decir, el camino que se dirige al Paredón de los Buitres desde el centro Arcaz y a la altura de la Aguja Roja subir por la senda directa del mallo.
Descenso: Una vez en la cima, existe una instalación de rapel formada por una sirga, descenderemos en rapel mirando hacia el lado de la Aguja Roja.
Con cuerdas de 60 metros en dos rapeles estamos en el suelo, cuidado con la bajada, pueden caer piedras a la base de la pared y normalmente la Aguja Roja, el mallo vecino, es un mallo bastante frecuentado por escaladores y puede haber gente escalando.