Vía de 270 metros repartidos en 10 largos, que nos dejan en el collado existente entre los mallos Mallafre y Mateo. Desde este collado si queremos hacer la ascensión a alguna de las puntas deberemos seguir la escalada por alguna de sus vías.
Grado máximo de la vía 6b, localizado en el cuarto largo aunque es fácilmente acerable. Grado obligado V, para el resto de la vía, con algún largo de IV de los tener que escalar con más maña que fuerza.
Dos partes bien diferenciadas podemos encontrar en la vía, una primera parte sobre muros, con alguna travesía y un largo más desplomado donde se encuentra el largo de 6b, en general largos bien equipados aunque con la tónica de Riglos. La segunda parte se compone de 4 largos sobre chimeneas bastante menos equipadas, con varios puentes de roca con cintajos por cierto en muy mal estado. En muchas reseñas pone, llevar un juego de friends, pues bien, se pueden llevar pero seguro que no metes ninguno, donde esta mal la roca no pones nada y donde esta bien pues tienes algún parabolt, al final tiras con cuidado y subes metros sin poner nada. El penúltimo largo nos sorprenderá bastante, pues deberemos escalar y pasar a través de una pequeña gatera formada por dos bloques empotrados, pasar se pasa pero sin mochila y si se esta delgado, sino imposible. Por cierto el comienzo de este penúltimo largo se a modificado, ahora se entra muy a la izquierda y aunque esta protegido con un parabolt, la reunión esta algo lejos y en travesía, así que hay mala caída. La ultima reunión de la vía se monta sobre una bonita carrasca que aguanta el paso de los años, el resto de las reuniones a prueba de bombas sobre parabolt de métrica 16 mm.
Material: Dos cuerdas de 60 metros, 14 cintas, algunas largas y un juego de Totems, aunque como ya se ha comentado, difícil poner nada.
Aproximación: Por la senda normal de aproximación al Mallo Firé, una vez en la base buscar la entrada con el nombre de la vía en una piedra.
Descenso: Desde el collado por donde se sale de la vía, descender por un tramo delicado pero protegido curiosamente por las raíces aéreas de un precioso tejo. Un primer rapel de 30 metros, seguimos el descenso y por ultimo otro rapel de 30 metros. Al final ya solo queda bajar por la empinada senda que baja sin descanso hasta el camino.