La escalada en el mallo Cored estuvo durante años olvidada, vías antiguas con seguros precarios no era lo más atractivo para escalar en estos pequeños mallos. En la actualidad se han reequipado algunas vías, como la Torrijo y la Lisbona y otras son de nueva factura como La vía del Bolo. Son vías cortas de no más de 150 metros pero ideales para una escalada mañanera de verano ya que por su orientación le da la sombra siempre de mañanas o para escalar una tarde de invierno al solecito.
La vía en cuestión es obra de Jesús Ascaso y Pedro Expósito allá por el año 1972. Posteriormente fue reequipada por ellos mismos con parabolt y reuniones de anilla y cadena.
De la vía original se han modificado el numero de reuniones, ahora se hace en 3 largos y tambien se ha modificado el trazado del primer largo, mucho más recto y el ultimo largo.
El primer largo es un bonito 6a+ con las chapas en algunos sitios algo alegres, roca buena pero hay que estar atento.
Segundo largo V+, una chimenea muy evidente con algún tramo de roca de ir con cuidado, protección con bolts pero igual que en el caso anterior algo distanciados.
Tercer largo V. evidente, bien protegido pero cuidado con la roca.
Recomendable llevar algún microfriend para asegurarnos en algún largo entre chapa y chapa, aunque deberemos tener en cuenta que en esta roca de tipo conglomerado no es nada evidente colocar los seguros.
Aproximación similar a la realizada para la Aguja Roja, pero cuando lleguemos a la altura de los dos mallos, iremos en busca de la base del mallo Cored. El comienzo es evidente por la chimenea del segundo largo, visible desde la base. En la base de la pared aparece la inicial L.
Descenso por el tinglado de rapel de la cara nordeste en dos rapeles. Primer rapel en una sabina y segundo rapel sobre reunión de anillas. A continuación descender por la canal de la derecha en otro rapel más hasta la base de la pared.