Vadiello es una extensa escuela de escalada conocida principalmente por sus sectores de deportiva. Sin embargo entre sus grandiosos Mallos se esconden vías de escalada clásica que fueron los orígenes de la escalada en esta zona del Parque de Guara. Destacan por su altura los Mallos de Lazas con su Vía Dimer y el mallo de San Jorge con sus vías Obsesión Permanente y el Espolón Picazo-Parcerisas, con mas de 300 metros de altura. Bajo la sombra de estos Mallos destacan otros de menor altura pero no menos interesantes como son El Puro, La Mitra y El Huevo de San Cosme, los tres forman una trilogía de escalada obligada si queremos saborear un tipo de escalada añeja que se remonta nada menos que a los años 50 del siglo pasado. El primer mallo conquistado fue la Mitra en el año 1950, seguido del Huevo de San Cosme en el 51 y posteriormente el Puro en el 53.
La escalada de El Huevo de San Cosme se remonta al día 23 de abril del año 1951 cuando dos intrépidos escaladores J. Casas y E. Cabrero deciden embarcarse en una gran aventura de mas de 30 horas, ataviados con ropa de la época y una gran variedad de clavos, pitonisas, mosquetones y algún buril, como indica la reseña original.
La idea de sus aperturistas, era escalar todo lo que se pudiera en libre, pero enseguida se interpuso ante ellos un muro de mas de 40 metros verticales que se tuvo que escalar íntegramente en artificial. A golpe de buril se realizaron a mano todos y cada uno de los orificios que en la actualidad permanecen en la pared a una distancia de unos 80 centímetros entre si. Estos orificios, con un diámetro del tamaño de un mango de escoba eran necesarios para poder meter en su interior, una cuña de madera acompañada de su respectiva pitonisa y así poder progresar con los estribos. En la actualidad este estilo de escalada se consideraría poco ético y con un gran impacto sobre la roca pero en aquella época era algo habitual.
A día de hoy la escalada del Mallo no difiere mucho de como se realizaba en la antigüedad. Los orificios burilados en la pared permanecen algo mas erosionados y un buen numero de spits han ido apareciendo en la vía a lo largo de los años, introducidos a golpe de "espitador" por cordadas que en algún momento se han visto en alguna situación complicada.
El primer largo, 30 metros. Comienza con un muro de IV+ seguido de una travesía a derechas hasta alcanzar la primera reunión compuesta de un clavo y 1 spit.
Segundo largo de 20 metros. Encontraremos algún clavo y algún spit sin chapa. Se ven emplazamientos antiguos de clavos, así que un buen surtido de clavos nos ayudaran. El resto del largo se deberá escalar como en la antigüedad, llevando pequeñas falcas de madera y pitonisas para emplazar en los antiguos orificios burilados a mano, el tamaño de los agujeros es mas o menos el tamaño de un mago de escoba, aunque son bastante irregulares.
Tercer largo de 25 metros, también verticales y con la misma tónica, encontraremos algún clavo, algún spit y los orificios burilados en la roca mencionados anteriormente. Llegando al desplome final algún friend pequeño nos podrá asegurar el paso.
Cuarto largo de 25 metros con un pequeño murito de 3 metros de V-, el resto es andar hasta la cima.
Descenso: En tres rapeles indicados en la reseña con cuerdas de 60 metros.
Material: Clavos variados, estribos y algún friend hasta el 0,75. Para la progresión en artificial serán también necesarios tacos de madera y pitonisas, llevar un mínimo de 40, teniendo en cuenta que si no se recuperan se deberá poner otro nuevo en cada agujero.
Orientación: Sol al mediodía.
Época: Permitido escalar del 1 de agosto al 30 de noviembre.
Aproximación: Desde el aparcamiento de la presa de Vadiello, atravesaremos la presa y nos dirigiremos hacia la ermita de San Cosme, primero por camino y luego por sendero. Dejaremos la ermita a nuestra izquierda y continuaremos por el camino de la derecha, pasaremos por la fuente santa donde podemos coger agua. Seguiremos el camino en sentido ascendente hasta encontrar el desvío por senda que indica el Huevo de San Cosme y la normativa de escalada. Al llegar al Huevo deberemos buscar la mejor subida posible entre la vegetación hasta la base de la pared y el comienzo de la vía, junto a unos bloques de piedra sueltos. No hay sendero en esta ultima parte. El regreso por el mismo recorrido. 1 hora y media.
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Reseña original de la escalada de 1951. Archivo Peña Guara. |